lunes, 2 de noviembre de 2015

No rendirse nunca

       

   Recuerdo cuando hace treinta años estuve a punto de darme por vencida, a punto de renunciar a mi sueño. No fue una época fácil para mí, ya que cada vez me era más difícil compaginar el instituto y el conservatorio, el nivel de exigencia iba aumentando y yo sentía que no daba abasto. No fueron pocas las veces que me planteé dejar el conservatorio y abandonar mi sueño de ser guitarrista e impartir clases en mi propia academia. Menos mal que no me di por vencida. A día de hoy no podría decir exactamente qué fue lo que me hizo seguir adelante. Puede que fueran mis compañeras de conservatorio, a las que no podía ni pensar en dejar de ver cuatro días a la semana. Quizá fue mi padre, que desde siempre me ha enseñado a no rendirme, a ser perseverante y, sobre todo, a luchar por lo que quiero. A lo mejor fue la cara de ilusión de mi madre al verme tocar en las audiciones. Tal vez fuera que, en verdad, no me imagino mi día a día sin tocar la guitarra, ensayar con el piano o hacer algún ejercicio relacionado con música. Probablemente fue una mezcla de todo eso, aunque, fuera lo que fuera lo que hizo seguir adelante, doy gracias por ello. Si me hubiera rendido, ahora mismo no estaría dando clase en mi academia, ni tendría los maravillosos alumnos que tengo, ni estaría organizando el próximo festival de guitarra de este verano, que ya es casi una tradición en esta ciudad.

Iria Cousido 4º E

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