lunes, 19 de octubre de 2015

El mapa


Abre los ojos. Estoy en la cama de un día normal, un día sábado en el que puedo hacer cualquier cosa y todo puede ocurrir. Me siento y pienso, reflexiono sobre lo que pasó ayer. Cómo pudo una amiga así hacerme tanto daño. Bueno, lo pasado, pasado está. No me puedo amargar con cosas que no me llevan a ninguna parte. Me levanto, voy a la cocina y cojo los cereales. Por una extraña razón no hay nadie en casa. Cojo un bol y echo leche y cereales. Al ver que mi madre no me contesta las llamadas, llamo a mi padre y me dice que están en el supermercado haciendo la compra. Yo cuelgo y sigo comiendo. Cojo la caja de cereales y miro, ya que son de esos que traen una sorpresa dentro. Los muevo y veo que al fondo hay una nota escrita a mano. La nota dice: “Lo mejor está en el interior”. Echo todos los cereales encima de la mesa y miro la caja, la caja vacía. Esta es rara porque el fondo hay una especie de mapa. Pienso que son de esos que traen las cajas para los niños, pero la nota escrita a mano me llama la atención, así que despliego la caja y veo que es un mapa de mi casa. Me levanto y veo que hay una X en la habitación de mis padres. Puede que ellos se hayan inventado este juego, pero me entra el gusanillo de saber qué hay en la X. Me dirijo hacia el punto y me sitúo encima de la baldosa que me indica y salto tres veces como me dice. De repente noto que la baldosa se mueve y debajo de ella hay una nota que dice: “Sigue buscando y hallarás”. De la nada aparece, a mi lado, una persona con cara sonriente y me entrega una llave y desaparece. Con la llave en mano corro a la puerta, la intento meter en la cerradura a ver si le entra, y en ese momento entra mis padres con la compra.

Isabela Castaño. 4º B

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