lunes, 2 de noviembre de 2015

El transcurso del tiempo


Lo sé, es irónico que yo, un chico de quince años, hable de este tema, ya que sería más lógico que lo hiciera otra persona de mayor edad. La verdad es que siempre me ha gustado darle uso a la cabeza, y es por eso que, al dedicarme a pensar, sobre todo me ha pasado con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que, aunque llevo relativamente poco tiempo de vida, me arrepiento de muchísimas cosas que he hecho (o no hice) y añoro miles de momentos de mi vida. Echo de menos muchos sucesos y sensaciones de mi infancia, y me entristece pensar que todas ellas simplemente han desaparecido de mi corazón, y son guardadas o más bien escondidas en mi mente.
               Desde mi punto de vista muchos de esos recuerdos que he vivido no deberían desaparecer, pero con el paso del tiempo será inevitable que se esfumen.
 Por otra parte tengo la sensación de que los recuerdos más importantes se conservarán y podré recordarlos con una sonrisa, pero también siento que aquellas sensaciones indescriptibles que todos vivimos (la sensación de aferrarte a una pierna de tu madre porque te hacía sentirte seguro y feliz, el cómo te sientes cuando estás cerca de una persona de la que te has enamorado, los momentos en los cuales no puedes parar de reírte estando con amigos, la ilusión con la que en tu más tierna infancia abrías tus regalos de cumpleaños o navidad...), aparte de ser efímeras, se van borrando poco a poco hasta que solo tenemos una vaga idea de cómo se sentían.
 También me entristece pensar en la enorme cantidad de recuerdos, ya sean buenos o malos, que a lo largo de mi vida he atesorado y olvidado. Si  soy sincero, tan solo me gustaría que, dentro de lo que me queda de vida, todos los recuerdos que viva permanezcan lo más vivos posible dentro de mi mente.

Iván García 4ºE

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