lunes, 2 de noviembre de 2015

Orgullo y satisfacción, II


Muchas veces, los tíos se comportan de manera extraña ante un “no” cuando nos piden salir. Dependiendo de la forma de ser del tío al que le dices que no, se comporta de manera distinta, pero con la gran mayoría pasa lo mismo. Es verdad que también nosotras, sin querer, hacemos que el tío tenga que distanciarse, porque no he visto otra cosa igual, van de machotes y ante el rechazo se acobardan, o te ponen a parir entre sus amigos. Yo creo que no es necesario todo esto: si una tía te dice que no, no se refiere a que no quiera seguir teniendo una relación de amistad contigo, si no que no quiere ir más allá de esa relación. Algunos tíos escriben críticas sobre nosotras, que a veces no se entienden muy bien, pero tampoco hay que tomárselo a mal porque una mala crítica te hace mejor persona.
En este blog, he leído la redacción de un tío que nos clasifica y creo que es justo clasificarles a ellos también. A todos los ves venir, porque tendrán algunas virtudes, pero de lo que es el tema de discreción carecen totalmente. Uno de los grupos merece un poco la pena porque son los que, más o menos, buscan una relación seria, pero el problema de estos es que se achantan muy rápido; luego están los que solo quieren un rollito, pero, cuando les dices que no, te ponen a parir a tus espaldas; y luego están los capullos que solo cazan y encima, si les dices que no, los cabrones, aparte de meter mierda a tus espaldas, te hacen un “si te he visto no me acuerdo”.
Siempre suele escucharse de la bocas de los chicos que somos complicadas y difíciles de entender, como si nos pudieran manejar, pero lo que no saben ellos es que no hay por dónde pillarles porque siempre es blanco o es negro, es decir, o están en modo pasivo o se ponen borricos. ¿No pueden ser grises?
Ahora, saliendo del papel de la chica, lo que quiero decir con esta redacción, es que ni los chicos somos tan capullos, ni tan pasivos, ni tan borricos, ni tan cobardes, ni las chicas son todas iguales, ni piensan de la misma manera, e intentar saber cómo son las chicas y como son los chicos y comprenderlo, es muy difícil y más a nuestra edad. Dejémonos de preocupar por las chicas y las chicas por los chicos y centrémonos en el día a día, en el futuro y sobre todo, vivir y dejar vivir.


Daniel Muñoz. 4º E 

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