martes, 20 de octubre de 2015

La mejor hora del día


A mí lo  que realmente me fascina es ver cómo la luz del sol se convierte en la nada, y así desaparece entre dos líneas, como si se sumergiese en el agua. Ese día, mientras yo la contemplaba aquella noche en la playa, y a la vez me entraban ganas de ir a dondequiera que se vaya la luz para volver a contemplarla de nuevo. Porque esa luz naranja que se queda en el cielo me hace sentir esa pequeña energía que llevo dentro.
A la vez que baja el sol, mi cuerpo se va relajando, así hasta sentirme como una pompa, y aquí se empieza a soñar.
Empiezo a imaginarme cómo sería mi vida cuando crezca , y cómo es ahora en realidad. Pienso en aquellas metas que me iré poniendo para conseguir mis sueños. Reflexiono de todos y cada uno de los pasos que he dado en este camino de la vida. Recuerdo momentos divertidos y también algunos más aburridos, pero a la vez igual de interesantes; también algunos momentos de mi vida que nunca hubiese que sucediesen, aunque también son importantes. Pienso en cómo y cuándo he llegado a ser como soy y me siento bastante satisfecha de todo aquello he hecho hasta ahora aunque me haya equivocado o haya fallado a alguien, pero yo me considero bastante humilde y esa imagen es la  que quiero que la gente vea de mí.
Y por eso nunca dejaré de soñar todo lo que quiera y pueda soñar, y lo soñaré con todo el entusiasmo que voy a utilizar para conseguirlo.
Y , por último , vienen las estrellas. En este momento es cuando yo ya me he quedado dormida y puedo imaginar todo lo que quiera.

Andrea Muñoz. 4º B

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