lunes, 19 de octubre de 2015

Mi hora de luz


Mi hora de luz favorita es la última hora, es decir, justo el atardecer, cuando el sol está dando sus últimos rayos de luz y se prepara para ir a dormir. Este momento me encanta ya que me trae muchos recuerdos, sobre todo me encanta verlo en el paisaje que forma mi pueblo, porque me gusta la imagen que veo desde mi ventana. Tenemos una casa bastante vieja pero construida en lo alto de una colina y se ve todo el pueblo, que está localizado en un pequeño valle. A decir verdad no me podré quejar, tenemos unas vistas privilegiadas del pueblo y del valle.
La razón por la que me hipnotiza ese paisaje es que me crea una melancolía impresionante, me hace recordar mis mejores momentos de niño, en especial esas largas tardes en el río, en el que cogíamos ranitas, lagartijas, culebrillas y pequeños pececillos; todas esas largas partidas a las cartas, en las que tengo que admitir que a día de hoy, con quince años que tengo, no recuerdo haber ganado ninguna; curioso y bastante penoso, la verdad, pero cada vez que lo recuerdo me hace reír. Recuerdo los largos partidos de fútbol, baloncesto, voleibol..., depende de lo que nos apeteciese ese día y en ese momento. Pero sobre todo esos largos y muy fríos baños en el río, y hablo del típico río en el que a mitad de verano te puedes encontrar pequeños trocitos de hielo, ya que el río baja directamente de la montaña.
Pero sin dudarlo en momento al que más me recuerda esa luz con diferentes tonos de rosa, morado, naranja, amarillo y azul es a mis abuelos, dos de las personas más importantes en mi vida.

Samuel Vega. 4º B

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